23 junio 2006

Noche de San Juan



Ay! cuando salga la luna nueva la de San Juan,
se encienden los corazones con las candelas.
La música suena tirititrán,
y el amor me quema tirititrán,
y te muerdes lo labios con el sabor de la mar.


21 junio 2006

Bienvenido verano


El calendario manda y confirma la entrada de una nueva estación del año. 21 de junio comienza el tiempo estival: llega el verano. Tiempo de calores, colores y buen tiempo, tiempo para el ocio y el estío, momento para el disfrute. Playas, piscina, duchas; en definitiva... agua que mitigue el sofocante calor. Mercurio por encima de la resistencia humana. Paseos nocturnos sobre el frescor del río o el mar. Helados y copitas en las terrazas...

Pero es también tiempo de trabajo. De aquellos que quieren sacarse unas perrillas para el invierno. De aquellos que no tienen más remedio. De otros que buscan en unas prácticas de verano su posible futuro laboral o al menos la ilusión de un sueño que nunca llega.

Es ante las puertas de este estío que me quema donde me postro en la incertidumbre de las incertidumbres: ¿Qué hago con este mi verano?

02 junio 2006

Alberti a la Voz que no dejará de sonar


Tú eres el sueño del alba,
la sábana de la aurora,
desnuda a la madrugada.

Canta, Rocío del mar,
Rocío primero de la mañana.
Ansias de los lentos barcos,
viento que llega y no pasa.

Canta, quédate en el sueño,
quédate para siempre y no te vayas...
Rocío del mar de Cádiz,
faro que nunca se apaga.

Canta siempre, amor Rocío...
Canta... Canta... Canta.... Canta...

RAFAEL ALBERTI A ROCIO JURADO

01 junio 2006

¡Hasta siempre!


Qué no daría yo por empezar de nuevo,
a pasear la arena de una playa blanca.
Qué no daría yo por escuchar de nuevo
¡Esta niña que llega tarde a casa!

Y escuchar ese grito de mi madre
pregonando mi nombre en la ventana
mientras yo deshojaba primaveras
por la calle mayor y por la plaza.

Qué no daría yo por escaparme
a un cine de verano donde alguien
me daba el primer beso de amor.

Qué no daría yo por una tarde
sentada junto a él en ese parque
mirando como se moría el sol
y oyendo el suspiro del mar.

Qué no daría yo por empezar de nuevo,
para contar estrellas desde mi venta.
Vestir de faralaes y pasear la feria
hasta sentir el beso de la madrugada.

Volar hasta los brazos de mi padre
y descubrir el brillo en su mirada,
para luego alejarme lentamente
a un tablao a bailar por sevillanas.

Qué no daría yo por escaparme
a un cine de verano donde alguien
me daba el primer beso de amor.

Qué no daría yo por una tarde
sentada junto a él en ese parque
mirando como se moría el sol
y oyendo el suspiro del mar.